8/4/15

Para consolarme, o simplemente por la vanidad de que una parte de mí le explique las cosas que no entiende a mi otra parte, muchas veces me digo: “Hemos nacido bajo el estigma del capitán Lemuel Gulliver.” Después trato de hacer mi vida normal, es decir, salgo a la calle para ver si ese día toca ser un gigante entre enanos o un enano entre gigantes. Un hombre necesita sus propios juegos de sobremesa trucados para compensar la soledad que produce pensar en todo lo que no existe, como el tiempo; aunque me da la impresión de que su inexistencia es puramente honorífica. Le borramos como medida humanitaria, por el miedo de tenerlo delante y comprobar que él es el gigante y nosotros los liliputienses.

No hay comentarios :