23/4/15

Los emperadores bizantinos tenían silenciarios, cortesanos encargados de mantener el silencio durante las audiencias de dignatarios o en los consejos o en actos ceremoniales de trascendencia. Pensar en algo así ahora, en nuestra época, resultaría extravagante y contrario a la moda de los que no hacen más que producir ruido absurdo y molesto. Hay algo reverente en el silencio que ya no volverá.

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