10/2/15

La genética no se limita a hacer fotocopias, Alba, creo que hace sus documentos a mano, los mejora, los reinterpreta allí donde a nosotros sólo nos parece que hay archivadores viejos llenos de polvo y oscuridad. Han pasado trece años desde que estás aquí y creo que estoy en disposición de afirmarlo. Eres mejor que yo. Lo de que la vida es una rueda se queda pequeño, mentiroso, casi medieval al lado de cuando te veo estudiar, dibujar, cantar, pensar, mirarme o mirar al mundo siempre con ojos intrigados y tiernos; la mejor forma, diría que la única en que podemos acercarnos a las cosas con una débil garantía de sacarles algo. Hoy cumples trece años. Esta mañana al darte un beso te he medido con mi mano izquierda sin que me vieras. Me llegas ya por aquí, me he dicho mientras el dorso del dedo índice tocaba mi barbilla y después temblaba como temblarían los esclavos egipcios al terminar una pirámide y ver cómo la geometría inventada por el hombre inundaba el cielo y lo empequeñecía todo. Este esclavo egipcio está hoy muy contento de que estés a punto de taparle el sol.

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