20/10/14

A Mireia le gusta mucho que le pida vasos de agua. Los llena casi hasta el borde para que el recorrido se convierta en una aventura. Viéndola caminar tan despacio agarrando el vaso con las dos manos pienso que no ha sido aleccionada todavía por el sentido común ni por la experiencia que nos dice que haciéndolo así se podría derramar. El miedo a la pérdida es el precepto que rige la vida adulta sin que nos demos cuenta y lo que le quita toda emoción. Me pondré triste cuando deje de llenarlos tanto.

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