23/9/14

Sólo respondo de este trozo, de la sombra
que proyecta la casita rosa de plástico
en la terraza de abajo, ahora muerta,
con la noche alrededor, queriendo que crea
que guarda un secreto. En eso nos parecemos.
Y junto a ella dos sillas vacías y una mesa:
parecen esperar algo, una conversación
que no llegó o que se tragó
la aparición escandalosa de lo oscuro
diciendo esto es mío con sus manos.
La vida a escala de niños, también
con sus decepciones de fantasmas
que no vinieron a tomar el té
o que se mostraron indiferentes
al cerrar los ojos. Búscame, dijo una voz,
pero ellos se entregaron a su desinterés
adulto, previsible y hermético. En eso
también nos parecemos.
Sólo respondo (a medias) de lo que veo
y muchas veces ni eso. Por más que viviera
otra vez lo que he vivido no sabría
imaginar más allá del movimiento
que hace mi pecho mientras escribo
y que parece decir: mañana, otra vez
mañana, allí quiero llevarte si me dejas
o si puedo.

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