los días del mundo

Credo

Creo en el pan del chino cuando está caliente,
frío pierde.

Y en las teleoperadoras sudamericanas
que al decirles que te quieres dar de baja
titubean un segundo y no saben si pasarte
al supervisor o pedirte ellas mismas
que no lo hagas, aunque en ambos casos
su voz no deje de brillar como un sol raro
que ni el tiempo ni la distancia
han conseguido desprestigiar.

Pero sobre todo en el pan.