12/9/14

Algún día recorreré atónito y cansado todos los países de Sudamérica. Volaré en aviones inconcebiblemente grandes corrigiendo las cosas que diré al aterrizar. A bordo masticaré pan que una azafata habrá dejado posar con unas pinzas de plástico en mi plato. Al sonreírme le devolveré la ilusión de que soy descendiente de Nicanor Parra, alguien criado en Europa que ahora regresa a conocer las selvas esenciales. Desciendo de Nicanor Parra, le diré muy despacio fingiendo un ligero acento alemán que la conmueva, porque es necesaria la sorpresa, porque quizá un día sólo viaje en aviones inconcebiblemente grandes para eso.

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