21/4/14

El Mediterráneo te malcría. Da igual que hayas estado dos días o cien. Como esa luz, imposible. No busques. Pero acabas haciéndolo. La supervivencia se basa en un estado de ánimo. Es estúpido que la cuota diaria de felicidad penda del brillo de ese hilo, no de su grosor. Hasta los paisajes interiores que tuvieron su luz propia en otro tiempo viven de la que hoy les ilumina. Qué condena ser tan vulnerable, tan Louisa May Alcott, tan Emily Brontë, tan jodidamente Jane Austen como para tirar al suelo tu mercancía por un simple lunes que llega con luz de leer esquelas.