29/3/14

Hay quienes manejan el pasado como los niños
que al cerrar los ojos piensan que ya no están.

Es un deporte muy latino este de desaparecer
cuando uno quiere. ¿Explicaciones? Nadie
las necesita ni son óbice para seguir.

La vida viene a tener las medidas
de un armario ropero. Sólo hay que abrir
las puertas un día. Limpieza. Que todo
vuele. Trajes ensangrentados del ayer,
a la basura. Ya no estoy.

Pero llevan nuestra piel. Los cosieron
con lo que fuimos. Dermatológicamente hablando
somos nosotros. O si no, acércate y huele.

Vacío ya el armario se sientan al piano
con voz de champán. Nací en París. Mi madre
fue una gran nadadora. Papá vendía planetas
a ricos con bigote en estaciones de esquí.

No es difícil. Comparado con lo de Sísifo
esto es una chinita que se sopla arriba
y abajo. La vida es reversible, lo pone
en la etiqueta que sólo ven nuestros ojos.

Cuando llegue el final habrá un software
para recapitulaciones. Dos nombres y listo.
El banco mundial de datos de la nada
se lo pasará después muy espacio por el culo.