15/1/14

Quizá sea más fácil explicar la vida con dibujos animados. Yo soy el correcaminos, idiota y feliz, yendo siempre rápido a ningún sitio. El coyote es la muerte, con sus cartuchos de dinamita y sus escaramuzas de yunques suspendidos en el aire por una cuerda muy fina. Y ya está. El juego se llama escapar. La vida son esos fotogramas en los que tus piernas son un círculo de velocidad y un glorioso rastro de polvo entre las Montañas Rocosas. Sólo por ese trozo merece la pena. Burlarse de tu antagonista bajo el sol mientras descubres que la felicidad es un estado muscular. Volverte y decirle: hoy tampoco me atraparás.