18/1/14

Caer es bueno.
Caer es necesario.
Hay libros en que salen
grandes caedores.

Muchos
escritos por ellos mismos
en el aire.

Se cae para averiguar algo,
siempre.

Se cae para empezar.

Se cae -pensaba ahora-
para descubrir
la existencia de una tinta deleble,
ligera
como la sangre de un pájaro
cuyo único alimento
es la luz que lo atraviesa.