8/11/13

Posábamos en la foto como si Ryuichi Sakamoto estuviese al lado tocando el piano con unos guantes sin dedos. Yo en un extremo con el brazo derecho oculto tras la espalda de Nuria (¿la abrazaba?) y Mireia junto a su primo que sostenía un balón bajo el pie. Hacía frío. Lo dice la foto con sus abrigos y esa luz de carnicería de otro mundo que parece envolverlo todo. La he visto colgada aquí como el adorno de un árbol en un país que nada sabe de navidad. Gracias, Ryuichi, Chopin japonés que se muere de frío con unos guantes ridículos al borde de un rectángulo lleno de gente que a pesar de todo sigue sonriendo hoy, viernes raro, número ocho, noviembre.