5/11/13

I can see clearly now, camino tras una zanahoria de plástico, el principio de la canción vale pero las nubes no han desaparecido ni el sol se extenderá como un anuncio de seguros en el cielo, los brillos de la hortaliza inorgánica pinchan el horizonte, sabe decir Navidad, sabe bailar a la moda mientras abre mis cartas del banco, sabe echar sales a la bañera cuando cree que estoy agotado, pero nada más, ¿qué pasará cuando también ella se canse de ir delante, Marco Polo bobo de una expedición nacida para no tener fin? I can see clearly now, llueve fuerte sobre mi vida-invernadero diseñada de tal forma que todo el mundo pueda verme haciendo mis necesidades mientras leo periódicos duros como pan de ayer.

Habito una semiesfera ridícula (no es cristal, es película jabonosa) que parece tener ruedas y ganas de inventar situaciones, teatrillo ambulante de desgracias que vienen escritas en un prospecto para ser declamadas a cualquiera: madres que agarren a sus hijos de la mano cuando mis palabras sobrepasen la franja de seguridad y cuenten que hay cementerios de paracaidistas que -de noche- nos dicen al oído: a todos esos cuerpos que ves bajar del cielo se les escapó la vida también.