17/11/13

Estuve contigo en la casa museo de Manuel de Falla. Me puse un sombrero de paja que había encima de su cama y te reíste. Llegó la vigilante y nos dijo: no me toquen nada, ¿cuántas veces se lo tengo que decir? La frase se quedó un tiempo como broma. No me toquen naaaaaaada. Imagino cómo sería la casa museo de Luis Acebes. ¿Quién vendría a verla? Un tipo cogería mi forro polar de Decathlon de estar en casa y se lo pondría para que su novia se riera. Si consigo eso ya valdría la pena haber escrito muchos libros y ser tan famoso que a mi muerte tuviese una casa museo. Sólo son cosas que pensaba hace un rato mientras fumaba asomado al patio escuchando la lluvia que sonaba a aluminio. Todavía no estaban las niñas. Fuimos en un talgo a Granada. Fue ayer. O esta tarde mismo, antes de la lluvia. Manuel de Falla era un hombre con gafas que aparecía en los billetes de cien pesetas. Yo era un tipo que entraba en los trenes contigo y se sentaba. Llego y me pongo un sombrero para hacerte feliz porque he leído muchos libros que decían que hay que hacer eso para que una mujer te quiera.