27/10/12

Los tanatorios son desapacibles. La arquitectura del que estuvimos Núria y yo esta tarde daba la impresión de querer mostrar la muerte como un hecho a medio camino entre lo comercial y lo espiritual. Si te desentendías de los ojos acuosos y elevabas la vista podías hacerte a la idea de estar en la sección de jardinería de unos almacenes anodinos, puede que escandinavos o de algún país del Este. Quizá deba ser así. Quizá la disposición del espacio guarde relación con el momento para el que fue diseñado, y de esta forma se tuvo en cuenta que la angustia por la pérdida sería más llevadera si el techo imitase al de un invernadero parcialmente abierto y la luz se dejase caer de una forma esmirriada, casi victoriana. Todo esto lo pensaba mientras estábamos con nuestro amigo. Su madre descansaba dentro de una caja cerrada en un pequeño habitáculo lleno de coronas, una especie de escaparate de despedida para que los vivos puedan decir adiós a algo tangible antes de que todo se convierta en sombras y retazos de imágenes que se irán mezclando y diluyendo y después sólo quede un vacío al que asomarse con pudor. Lo bueno de los mejores amigos es que no hace falta decir nada. No hay que pronunciar bochornosas frases hechas que duelen tanto decir como escuchar. Nos abrazamos. Después salimos a fumar. Caía una lluvia muy fina y se escuchaban los coches pasando por la M-30 como en el escenario de un sueño. Y lo era. Los tres lo sabíamos y daba igual a qué lado de la realidad te integraras, porque no había una línea pintada que los delimitara, no había un dentro y un fuera que lo hiciese más fácil. Nuestro amigo tuvo la elegancia de mostrarse irónico y hacernos reír. Qué gran ventaja ha sido siempre tu amistad, S. De vuelta a casa, dentro del coche y entregados al atasco, observábamos Núria y yo las gotas resbalando por el cristal. La lluvia jugando a deformar los puntos luminosos de los semáforos y quizá deformando también nuestros recuerdos más prematuros de lo que habíamos visto. La naturaleza diciendo como siempre las mejores palabras.