los días del mundo

Mi yo poético y yo, aturdidos,
de la mano en los entierros,
de la mano por pasillos sin embarque,
líricos e inútiles nosotros
de la mano y tiernos
como en nuestras películas francesas
haciendo mermelada casera
después del sexo, de la mano
patinando,
reescribiendo,
muslo contra muslo en la lluvia
o ante azafatas que nos dan queso,
en escenas de caza
de cuadros malos
haciendo de conejos pero corriendo
de la mano mi yo poético y yo,
equidistantes en las fotos,
mirando a la tristeza
un poco de lado, poemas a 1€
hechos a dos manos
sobre ventanas traslúcidas,
un dúo cómico, el gordo y el gordo,
los dos flacos
en un coche de payasos
pero de la mano -insisto-
recibiendo aplausos, girando
en vagones solitarios
como fantasmas dormidos
junto a cartones de vino,
pasamos de puntillas
por el mundo,
filósofos del don’t disturb
tatuado dentro, bombillas
de ínfimo voltaje que masticamos
creyendo que son patatas,
pero de la mano como siempre
mi yo poético
y yo.