22/6/15

Los primeros besos son más fisiológicos que sensuales. Se trata de comprobar la carnosidad y la existencia del otro, probar a qué sabe y si tal gusto se corresponde con la idea preconcebida, con el juicio elaborado a solas o fantaseado largo tiempo en el que tampoco se tenían certezas de que llegara a producirse. De ahí que decepcionase al principio, ya que nadie puede luchar contra la perfección de lo soñado. No sé si somos la única especie que se besa. Puede que haya cierta raza de monos en islas poco frecuentadas del Pacífico Sur que compartan la costumbre de rozarse las bocas entre machos y hembras. Quizá lo sensual sea un añadido cultural posterior a la evolución, un adorno o un prólogo galante que invita a la reproducción. Mis primeros besos estuvieron más cerca de la zoología que de los sentimientos, a pesar de que una vez ejecutados quedara recuerdo: las semanas posteriores, de carácter geográfico, acentuado si pasaba por el mismo banco y automáticamente lo elevaba a categoría de monumento; los años posteriores, simplemente como el trozo de selva en el que dos monos descubrieron que existían.

No hay comentarios :