21/9/15
Huir de la nostalgia como de un perro rabioso. Lo digo casi en alto, para que me llegue, y sin embargo sigo sin saber comportarme cuando estoy delante de algo que me la trae. Dinamitar mi primer colegio y su patio y a la monja muerta que me enseñó a escribir y los pasos que años más tarde me trajeron de vuelta como a una peonza hipnotizada por la fuerza que le hace girar. Inconsciente. Débil. Alterado mecanismo de entretenimiento que no discierne entre lo que hay y lo que se fue.
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