10/6/14

Mis hijas no saben que las casas de plástico que construyen de día toman otra apariencia cuando las luces se apagan y emerge un océano cuya oscuridad se cuela en el aire haciendo que los peces se expongan a la muerte buscando la cercanía de los hombres. Cuando sucede, sus pieles irradian una luz con la que fácilmente se cae en la nostalgia de pensar en planetas opuestos al Sol, quizá antiguos enemigos de este que por la noche utilizan su vacío para vengarse.