31/5/14

Comienzo a leer una novela de Alan Pauls en la que el protagonista habla de la alegría de cuando abren las piscinas en noviembre. Historia del llanto. Me gusta porque dice que el dolor es lo único excepcional y también por las extrañas e íntimas descripciones que suscita Superman en la mente del niño. Este balance se agradece a la hora de escarbar en la leyenda de cualquier héroe. Las piscinas australes abren cuando las europeas duermen, estancadas, vacías, coloreadas de verde o tapadas con una lona como cadáveres crionizados a la espera de la estación más propicia. Quizá Superman sea distinto cuando vuela por el hemisferio sur. Qué poco sabemos de todas las cosas. De lo único que estamos seguros es de la idéntica excepcionalidad del dolor, sea cual sea la tierra que pisemos. Seguiré leyendo un poco más.