2/6/13

Mirándolo fijamente, el cielo puede pasar del azul al blanco en segundos. La decoloración solo se produce en días especiales o vísperas de otros que supondrán cambios, alertas o insinuaciones de que el tiempo quiere regresar a un lugar en el que le quisieron más. Después de comer, tumbado en tu cama y con la ventana abierta, asistirás al acontecimiento. No cierres los puños. Procura que tu incredulidad vaya abandonándote poco a poco: al pasar por el abdomen correrá piernas abajo sin saber que son calles sin salida. Con que muevas ligeramente los dedos quedará liberada. Piensa que cada ojo abarca ciento cincuenta grados del horizonte. Y sucede así desde que pupilas, retinas, córneas y cristalinos se pusieron de acuerdo para que contemplásemos los asombros del mundo. Darío III veía lo mismo que tú. Las lluvias de flechas que cruzaban el cielo de sus batallas tenían la misma profundidad que el mortecino edificio de ladrillos que ves ahora. Llevamos dentro un universo incompleto. Los trozos que nos faltan los escondió un imbécil que pensaba que la felicidad estática no existe.