14/3/13

Me gustó que ayer el Papa hablara a los que estaban en la Plaza como si se los hubiera encontrado en la calle. Los asesores de imagen del Vaticano están empezando a aprender. Primero llegó twitter y ahora esto. Un hombre hablando en italiano con acento argentino ante un público que esperaba ver al nuevo delegado de Dios en la Tierra como el que espera ver a Lady Gaga saliendo al escenario. Lo que no sabían es que se encontrarían con un tipo que parecía asomado al balcón de su casa con un termo de mate escondido bajo la sotana. ¿Quedarían las masas insatisfechas? Uno siempre duda si debe acercarse o no. Les pasa a los bancos, a los fabricantes de coches, a las compañías de seguros, también a la primera operadora mundial con el más allá. La imagen de marca pasa por momentos confusos: una cosa es la realidad y otra la percepción. El Papa necesita fans, seguidores, hacerse un hueco en la nueva realidad digital, pero, ¿alguno allí dentro habrá pensado también en lo que necesitamos nosotros?