7/10/08

Las nubes de hoy parecen mantequilla sucia en el cielo, como si los pies de un gigante goloso hubieran manchado el habitual algodón que se fabrica a diario sobre los océanos. La luz se ha llenado de espesura, ha adquirido un tacto de pulmón viejo y se retrae de la mirada como un animal desconfiado. Pienso que es un mal día para hacer balances, pronósticos o cualquier promesa que requiera mayor luminosidad para llegar a ser cierta. El sol debe estar fumando en la puerta de atrás del cielo, como un camarero mejicano que trabaja en un restaurante de las afueras de Chicago, esperando que pase la semana.

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