20/9/08

Sábado, día de Saturno, pongo flores en el pelo del futuro y le muestro cómo le quedan. El futuro mueve la cabeza a un lado y a otro y asiente frente al espejo. Es sábado, le digo, tienes que lavarte los dientes para que nadie desconfíe de ti. Se me queda mirando sin decir nada, si no supiera que el futuro es incapaz de sentir nostalgia pensaría que sus ojos se han vuelto al pasado, que se han lanzado por el tobogán de los días antiguos y en su bajada se ha llenado de polvo de tristeza. Es sábado, le digo, y nos toca salir a comprar una trompeta de oro.

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