1/9/08

Nuria se despertó a media noche, en sueños, diciendo: "¿tienes algo verde para lavar?". Estaba sentada en la cama mirándome y sin verme, con su cabeza fuera de la realidad. Nunca sé qué hacer cuando pasa esto. Abracé su mano dentro de la mía y esperé a que su respiración se calmara. Sin decir nada se volvió a acostar. Me gustaría conocer el contexto de su sueño, colarme entre los relámpagos que iluminaban su bosque de neuronas; quizá pasaran caballos blancos desbocados cruzando un río bajo una lluvia de flores imposibles de describir. Somos extraños en sueños ajenos. Avanzamos incómodos por los rincones de la mente de los demás implorando un trono y una corona para prevalecer, esperando que la justicia sea amplia y nos favorezca, que su sentencia se dicte al instante y diga: "sí, tu sitio es este, aquí perteneces y reinas." 
Nuria volvió a encontrar su espacio en la almohada, la posición que le permite seguir navegando con bonanza en la noche. Yo di vueltas pensando en la ropa que tengo de color verde mientras la tormenta se alejaba del bosque, espectral, dejando un perfume de pólvora y el sonido de mis párpados precipitándose al vacío.

No hay comentarios :